Próximo a cumplir ciento cuarenta años de existencia, más precisamente en 2023, y fiel al precepto constitucional que sentencia: “el pueblo no gobierna ni delibera sino por intermedio de sus representantes”, el Concejo Deliberante de la ciudad de Río Cuarto se mantiene como el órgano político por excelencia para el ejercicio pleno e indelegable de la Democracia por parte del pueblo de la comunidad.

Nació como necesidad y consecuencia directa de las reformas introducidas a la Constitución de la provincia de Córdoba que entraron en vigencia a partir de 1883, estableciendo la división de poderes de los municipios. Desde entonces funciona el Concejo Deliberante en esta ciudad, a partir de la inmediata primera elección que permitió su entrada en vigencia en la primera reunión del 30 de abril de 1883, reconociendo en el trayecto distintos cambios en la modalidad electiva, aunque siempre en sentido favorable a posibilitar la más amplia participación del electorado.

Al sancionarse la primera Ley de Municipalidades, que afirmaba: “todo centro de población tiene derecho a establecer la Institución Municipal, con arreglo a las bases determinadas en la Constitución”, como tal ha permanecido al paso del tiempo. Así las cosas, a la novísima estructura de poder local a cargo del Intendente municipal se la elegía por el voto popular restringido y, asimismo, los concejiles o concejales que funcionaban automáticamente en el seno de un cuerpo autónomo llamado Concejo Deliberante.

En tal estado el primer intendente electo del pueblo de Río Cuarto, fue don Moysés Irusta para cumplir el período 1883–1886. Hasta el presente, con el doctor Juan Manuel Llamosas, han totalizado veintiocho los titulares del Departamento Ejecutivo, excluyendo los intervalos en los cuales fue interrumpida la voluntad de la ciudadanía. En simultáneo, la primera presidencia del Concejo Deliberante fue ejercida por don

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José Emiliano Irusta. Aquella primera Corporación estuvo integrada por caracterizados vecinos de la élite social, profesionales, comerciantes y agricultores; ellos fueron: Pedro Adamo, Guillermo Brash, Carlos Clermont, Moisés Echegoyen, Emiliano Irusta, Juan Jorba, Bernardo Lacase, Federico Lafont, y Julián Mandaluniz. En adelante, decenas de mujeres y varones del vecindario ocuparon voluntariamente y a través de distintos partidos políticos las bancas hasta nuestros días, cuando ejerce la presidencia don Darío Enrique Fuentes.

El Organismo funcionó desde los comienzos en la primitiva Casa Municipal, entonces en Sobre Monte esquina Belgrano. Frente a la plaza principal; luego, inaugurado el Palacio Municipal en 1932 ocupó la plata alta del edificio; allí se mantuvo hasta 1986, cuando se trasladó a la actual sede, siendo presidente don Rodolfo Marcos Lloveras.

Puntualizar momentos importantes en la vida y quehacer del Concejo Deliberante nos sugiere una nota de mayor amplitud referencial, empero, nos queda la seguridad que innumerables proyectos, decisiones y sanción de normativas fundamentales para el permanente desarrollo y prosperidad de Río Cuarto, tuvieron y tienen sus momentos de tratamiento y discusiones, con disensos y consensos -a veces apasionados- en la sala de deliberaciones del Cuerpo.

En estos casi ciento cuarenta años, los períodos más largos en los que por causa ajenas a su esencia no pudo funcionar, se computan entre: 1943-1952, 1966-1973 y 1976-1983, las demás fueron interrupciones menores. Lo que nos permite afirmar que desde 1983, con el retorno del país a la vida republicana y a la Democracia, luego de haber atravesado el país una dictadura militar atroz, la institución tiene una permanencia de actuación que merece ser exaltada como la más continua y extensa de su historia.

No se puede obviar que nuestra Villa de la Concepción de Nuestra Señora del Río Cuarto, en su condición de “Villa Real” fundada el 11 de noviembre de 1786, tuvo su Cabildo desde 1798 hasta la supresión de 1824 con pleno funcionamiento de sus autoridades y ejercicio del autogobierno con alcaldes ordinarios, jueces y regidores de acuerdo con las leyes españolas vigentes. Fueron los jueces de alzada y jueces de primera instancia los legales continuadores de los actos gubernamentales, en tiempos cruentos de invasiones ranquelinas, divisiones y luchas intestinas, desde entonces hasta 1856 cuando se crean las Municipalidades de campaña en tiempos de la Confederación Argentina, siendo la pequeña Villa de la Concepción la más extrema en la geografía cordobesa, es decir, la antesala misma de lo que se llamaba “el desierto”. En tanto, la sociedad riocuartense crecía y formaba su carácter en medio de carencias y olvidos que le dieron temple, paciencia y determinación para resolver sus propios asuntos.

Fue la Constitución de Córdoba en 1870 el texto que marca los designios del municipalismo que predominará en nuestra doctrina, con los funcionamientos del Cuerpo Deliberativo y el Cuerpo Ejecutor, de actuación simultánea y conjunta.

Esta muy apretada síntesis, nos anuncia la existencia de una historia con particulares relieves en la vida cívica y política de la ciudad de Río Cuarto, con un esquema y características bien definidas, con figuras de alto rango que protagonizaron hechos clave en el desarrollo y devenir de los tiempos. Esa misma historia se continúa escribiendo a diario, en el día tras día que protagoniza la Río Cuarto contemporánea, con su matices y perfiles distintivos que encaminan el presente y futuro del camino común hacia su destino de grandeza.